viernes, 8 de septiembre de 2017

La industria avícola y el rescate de pollos en Jaulas Vacías

18:17 Posted by Unknown No comments
El mes pasado hicimos una donación de 2 bolsas de 40 kilos de semillas para nuestros ahijados plumíferos del Santuario Jaulas Vacías. Ya te los presentamos brevemente hace un par de semanas, hoy le pasamos el teclado a la bella gente del Santuario para que nos cuenten un poco más sobre ellos y el destino del cual fueron rescatados.

"Frente al santuario tenemos una granja avícola donde tienen pollos para engordar. En dos meses toman tamaño adulto (cosa totalmente antinatural einsalubre). Por la noche llegan los siniestros camiones a cargarlos en cajones. Los empleados vienen borrachos, ponen la música a todo lo que da y entre gritos y risas tiran a los pollos en los cajones como si fueran una bolsa de verdura, si se quiebran patas, alas o lo que sea no importa. Lo que importa es la velocidad y la cantidad. Los gritos de los pollos se escuchan hasta el santuario a mas de 200 metros.

Al día siguiente el cuidador tiene que matar o dejar morir a todos los pollitos que no se levantaron por ser muy chiquitos, enfermos o demasiado lastimados "es un producto que no sirve". La costumbre es tirarlos a los perros mientras todavía están vivos, dejarlos morir de sed o frio, o dejar que se los lleven los guaneros. Pero en este último caso pedimos que nos los den a nosotros.  

Cada dos meses siempre vamos a buscarlos. Esta ultima vez por alguna razón quedaron muchos y nos trajimos 34 pollitos. Muchos mueren en el dia, otros a las semanas. Y otros se vuelven unos hermosos gallos y gallinas. 

A los más los débiles los separamos del grupo, les damos vitamina mucha comida y calorcito. A veces con suerte repuntan. Otros nos dejan, pero nos consuela que se fueron tranquilos, calentitos y con el buche lleno. No con una muerte tortuosa y lenta.

Esa es la historia de los pollitos del santuario actualmente son 22 creciendo muy bien"

Esta es la realidad de todos los pollos que son considerados mercancía en la industria avícola. Es cruel, injusta, dolorosa, pero se puede cambiar.

Si no hay demanda, no hay oferta. Si dejamos de consumirlos, ya no los crían, no los torturan ni los asesinan.
Ellos no pueden hacer nada por defender su derecho a la vida. Nosotros si.



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